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Despertar |
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Sintió el desprecio golpear como un látigo feroz,
desnudó el alma, quebró el pecho...
fué un grito ahogado en la garganta,
que no alcanzó a llorar la angustia, ni pronunció palabra.
Fué un sollozo opresor y silencioso,
una lágrima loca que redujo a silencio las esperanzas.
Una vez más, el desamor oscureció el color de los sueños,
quemando por dentro serenos anhelos.
Una vez más,
la sonrisa se escondió callada, en el fondo del alma,
y herida, la sangre se heló, apagada.
Aquel día...
sentí tu desprecio en la cara, como una onda de fuego que mata.
Despreciar puede ser, ignorar un saludo...
que se pierde en soplo de olvido y desesperanza.
M.ange Bonnevie
Cazilhac 12 août 2001
*
Paseaba por la orilla del río, una mañana de primavera encantada,
bajo las sombras de sauces y eucaliptus, su mente vagaba...
la nostalgia arrastraba sentimientos lejanos,
perdidos por el paso de los años.
Por momentos, su rostro se iluminaba,
y una pálida sonrisa enternecía su mirada,
a veces, una lagrima imprudente, resbalaba...
**
Pensaba y pensaba, caminando...
el paso lento y algo cansado, por el tiempo pasado en el espacio.
Recordaba jazmines perfumados, arenas doradas, aguas cálidas...
casas blancas, ardiendo bajo el sol de un pais lejano...
**
El aire familiar de aquellas tierras misteriosas y orientales,
sus colores ocres, sus encantos,
se apoderaban una vez más de su alma de niña vieja,
jamás vencida por los tiempos, atravesados
de verdades y engaños...
**
La infancia rodaba en suspenso en algún lugar, adormecida,
los gritos de los niños, el jaleo del mar en estío...
los impúdicos aromas de especias
flotaban en este otro paisaje diferente, frio, callado...
**
Una pregunta insolente forzó sin piedad sus labios sellados,
y un dia, quizá no muy lejano...
¿quíen recordaría sus vuelos gozados ?
¿ Su corazón dañado ? ¿ Sus ansias desvanecidas ?
¿ Sus amores extraños ?
*
M.-Ange Bonnevie
Cazilhac, 31 Mai, 2001
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Llevo tu sangre en mi cuerpo,
desde aquella noche que jugamos con la luna,
el aire se hizo tibio en aquella playa, por fin abandonada,
las estrellas sonreían, una suave brisa nos mecía...
**
Tus manos eran hilos de seda, mi cuerpo una ardiente brasa.
Todo era silencio en la noche de magia perfumada.
Pegado al mío,
los alocados latidos de tu corazón, golpeaban en mi pecho...
**
De vez en cuando,
de nuestros húmedos labios, escapaba un gemido,
un suspiro, un beso.
Ni las olas del mar respiraban,
parecía que el encanto del instante respetaban.
Y como solo ocurre en los sueños,
mientras aquella corriente de pasión nos arrastraba,
como nunca, me sentí mujer amada.
M.Ange Bonnevie
Cazilhac 12août 2001
*
Dame la mano corazón,
llévame a ese último valle donde se pierde la razón.
Ese último valle donde el aire es suave,
puro y cálido, como fértiles praderas de trigales,
**
Donde el sol abraza las estrellas,
y la noche hace el amor a la luna llena.
Donde no existe maldad ni enfermedad,
ni mentira o perversidad,
donde el amor es entrega y la paz reina.
**
Necesito ahogar en el olvido
el hambre de esos niños esparcidos por el mundo,
la injusticia, la violencia de las guerras.
Quiero sentír tu sangre penetrar mis venas,
fundirme en tu piel, amarte una y otra vez...
no despiertes amor, sueña... sueña...
quédate en mi cuerpo, abraza mis ansías,
posee mi alma...
no olvides... allá en ese último valle, la dicha espera.
M.Ange Bonnevie
Cazilhac 12 août 2001
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Las horas transcurrían despacio,
la noche era oscura, vana,
y no dormía, apenas si respiraba.
De ansia, el corazón latía desbocado,
un nombre en la boca, los ojos secos...
**
En el silencio de aquella cama vacía,
las voces gritaban, insistentes,
martilleando sueño, matando esperanzas...
un frío extraño paralizaba el alma.
Pensé en tí... cerré los ojos,
y ví lo que nunca ví, cuando están abiertos.
**
Ví tu sonrisa franca en la noche estrellada,
ví tu mirada brillar junto a mi palidez,
y sentí tus manos cálidas rozar mi cuerpo, con ese fuego eterno.
Te llamaba, no venias...
y yo, desesperada, te llamaba una y otra vez...
**
Al fín brotaron las lágrimas,
El dolor mordió, la angustia cedió...
comprendí que te perdí aquella noche templada, callada...
y acepté al fín arrancarte de mi alma.
Que lo que no fué no sera,
que las lágrimas no consuelan, solo lavan.
M.Ange Bonnevie
Cazilhac 12 août 2001
*
¡ Calla corazón loco !
No desbordes los sueños ni descubras tu rostro.
Que en esta noche ciega,
de verdad incierta y de oscuridad intensa,
de entre las nubes,
la luna se hace un hueco para ofrecerte un beso.
**
Abre los ojos...
recuerda aquellas montañas ávidas de lluevia,
allí se perdio esa lágrima que, desnuda,
viajaba por tu cuerpo buscando aliento.
**
¡ Calla corazón, calla !
No golpees así en el pecho.
Ahoga la impaciencia, que la noche se aleja,
modera tu pena, que un alba transparente, clarea...
**
Mira... ¿ ves ? Sosiégate...
un rayo de sol se acerca, ilumina, sonríe, calienta.
Este nuevo día regala promesas...
veras corazón,
que esas gigantes montañas, se harán pequeñas.
Marie Ange Bonnevie
Cazilhac. Le 22 Juin. 2001
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Quisiera robarte una sonrisa, hacerla mía...
y adivinar cuando me miras, la ternura escondida de tu risa.
Quisiera leer escrito en el viento, uno solo de tus pensamientos,
cerrar los ojos y saberme dentro.
Quisiera que olvidaras la coraza en la que encerraste el alma...
y despacio, paso a paso, me tomases de la mano,
para comenzar de nuevo,
aquél sueño que dejaste en suspenso.
Quisiera ser un rinconcito de tu cuerpo,
estar dentro de tí a cada momento,
beber de tu piel la dulzura de tus besos,
y gota a gota, comunicarte esta pasión loca.
M.Ange Bonnevie
Cazilhac 12 août 2001
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Dicen que ya no se muere de amor,
¿ y que es esto que siento por dentro, desgarrando el corazón?
Dicen que el amor no es más que un fuego pasajero,
que cambia de vuelo, según la dirección del viento.
Dicen que los versos brotan del dolor,
de un corazón herido, de un sueño desvanecido...
que el mundo no cambia de color, por la muerte de un amor.
Y yo, desde este rincón perdido,
grito en silencio que sin tí, la vida no tiene sentido.
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M.Ange Bonnevie
Cazilhac 12 août 2001
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Amanecía aquella templada mañana de otoño,
cuando así, de repente, entre brumas y sueños,
un beso acarició un recuerdo, perdido en el tiempo.
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La luz se hizo intensa, transparente, bella,
y el frágil velo del silencio,
se rasgó con la ilusión del sueño.
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He llevado tu nombre,
como un grito encerrado en la boca, por temor a perderlo.
Hoy, no sé porqué,
como un torrente, brotan sentimientos nuevos.
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El sol vuelve a dorar mi cuerpo,
tu sonrisa me abraza el alma, la siento en mí,
como esa brasa eterna que adorna la mañana.
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Te puedes alejar, ¡ que importa !
Nadie puede borrar los recuerdos, son eternos...
un corazón que ama,
se eleva al cielo con la fuerza de una estrella.
Y nadie, ni siquiera tu, puede detenerlas.
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M.Ange Bonnevie
Cazilhac. Le 11. Aout. -2001
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