Paz interior
*
Quisiera acercar mi paso cansado
hacia esas sólidas montañas de silencio y paz.
Más ni sé donde están,
ni si existen en algún escondido lugar.
Quisiera extirpar el frío interior de este cuerpo exhausto,
de los labios resecos, enmudecidos de pesar y recelo.
**
Quisiera alejar de mi mente,
el estrepitoso tumulto que incesantemente turba la ciudad,
la multitud inconsciente que mortifica y oscurece
el sentido de ese grito sofocado,
mezclado entre los rostros indiferentes, que van y vienen,
ajenos al dolor solitario del ser humano.
**
Quisiera sumergir el cuerpo en un lago de profundo sopor,
y purificar en sus aguas los recuerdos insanos,
esos que, sin tregua,
torturan y destruyen la serenidad del alma.
Y renacer de nuevo limpia de tormentos,
de lágrimas y de malos sueños.
Lograr asumir con valentía los miedos,
y disiparlos de mi mundo interno, con suspiros inéditos.
*
Marie-Ange Bonnevie
Cazilhac, le 27. 04. 2004.
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