El paso

*

Recorre bulliciosos puertos y senderos escarpados,

y mares desiertos...

recorre mil caminos de indeciso destino,

más no te acerques al océano de gentío enfurecido,

o te ahogará la fuerza del miedo y te hundirá en el olvido...

**

Volverás a la paz del familiar silencio de tu cuarto

  desnudo de espantos,

donde los recuerdos son suaves y dulce el aliento del sueño.

Donde aún se encuentra colgado tu viejo retrato de niño malcriado,

donde el calor de tu madre te velaba en la noche,

cuando sentías frío y llorabas de miedo.

**

Un paso... y dos, y tres pasos...

avanzas sin meditar hacia el filo del imposible abismo,

 y justo antes de caer al vacío,

escapas a la garra de la araña que se ensaña.

Evocas una gastada palabra de ternura humana,

y así te salvas de la malvada alimaña.

 En ese preciso instante,

te convences de que siempre amanecerá mañana,

**

Cuando estés arriba y ya no llores las caidas,

cuando al fin tu alma resista a la pobreza de la mentira,

de la indigencia y de la dolencia...

cuando alguien te ame, y lo muestre, y te lo diga,

cuando te abracen con fuerza y te hagan gritar de alegría...

solo entonces, amado mío...

comprenderás que a pesar de la miseria,

la vida será siempre hermosa, y cruel,

y salvaje, y humilde, y altanera...

*

Marie-Ange Bonnevie

cazilhac le 06.02.2004