La fuga del tiempo
*
Sentir arder un instante esos cortos días de regocijo,
despertar la memoria de ese amor que ya es olvido,
y evocar los sublimes instantes del amante clandestino.
El dolor es propio,
que nadie adivine el leve temblor de las manos,
que la peregrina no presagie esa violenta atracción
por las glaucas aguas del río...
el dolor guía los pasos cansados hacia el precipicio.
Es como fina arena revolando en el viento inquieto
de los malos sueños.
Ayer ya mordía ese temor en tu cuerpo,
en tus deseos y en tu amor maléfico.
Más no quise escuchar la razón, que me exigía
la huida a gritos.
Ayer fue un instante de fuga en el tiempo,
una cama deshecha, unas cataratas de nada,
unas lágrimas de agua salada.
Ven a mi, desnudo de tristeza,
Ámame con fuerza desde el fondo de tu pena,
y se llenarán de nuevo de ternura,
esas manos que por ti esperan.
*
Marie-Ange Bonnevie
Cazilhac le 04.05.2003
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