Otoño inquieto
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El otoño desnuda los árboles de mil colores,
hechizados de eternal añoranza.
Y en un escalofrío de miedos recluidos,
se abrigan las ansías de esos bosques que ayer fueron
frondosos, verdes y generosos.
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Aún no saben que en la próxima primavera
renacerá la ternura en caricias etéreas.
Aún no saben que existe tanto amor
por renacer de las cenizas de ayer...
aún no saben que bajo olvido aparente,
se oculta sin duda un humilde rescoldo ardiente.
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En la suave tristeza de hojas muertas
se confunden turbados los amores de antaño.
Y en los frágiles vientos de este otoño inquieto,
los recuerdos se ahogan en el pecho,
atizando en las entrañas, la miel del gozo,
y la tristeza del alma.
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No te vayas amor, aún no es tiempo...
deja ondular al viento las tibias hojas de otoño,
que mis besos rodan traviesos por tus labios llenos,
y mi sueño abdica sediento en tus brazos, cobíjame en ellos...
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Bebamos sin contar las delicias de la vida
que mañana está lejos... ¡ bésame amor !
Acaricia este sueño, que mañana es invierno...
bésame amor... que si te pierdo muero.
Marie-Ange Bonnevie
Cazilhac le 12.10.2002
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