Quimeras

En palabras escritas en hojas muertas de otoño

flotan las sonrisas y tristezas del verano acabado.

Y en esa confusa niebla me reconozco,

 mezclada en los sueños de un corazón enfermo,

de engañosos amores eternos.

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Hoy miro hacia atrás...

sin la inocencia extraviada en los sinuosos senderos

de la huida del tiempo, y al hacerlo...

esos océanos de ilusiones y quimeras que albergaba el alma,

se convirtieron en polvo de estrella apagada.

**

Imborrables huellas heridas que no gritan...

años de miedos y silencios desgarrando energías prohibidas.

Más la esperanza sigue ardiendo en el pecho, obstinada,

viva y fiel, como el viejo retrato secreto de los vanos sueños.

Ella aguarda... cae y se alza, cada vez con la ilusión intacta,

siempre nueva, siempre infanta.

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No entiende de odios ni de maldad, no sabe engañar.

No importa en que lugar se encuentre,

ni lo que pueda tardar en brillar.

Esa gran esperanza...

 hace siglos que aprendió a esperar.

Marie-Ange Bonnevie

Cazilhac le 05.09.2002