Tu nombre

*

Surgieron risas y besos, perfumes y flores de límpidos colores,

jugando en el cerco del inésperado regalo de tus brazos.

Un sueño insólito que iluminó el fosco desierto,

sediento de tantos anhelos muertos.

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Resplandecieron dulces noches y apacibles madrugadas,

exhaustas de caricias mil veces sugeridas...

 mil veces repetidas.

Manjares de palabras con acentos nuevos,

alimentando el hambre incesante del instante.

**

Y ondeando perezosamente entre placer y sentimiento,

 con tu nombre flameando surcos inmortales en mi cuerpo,

se amordazaron las ansias de los años en suspenso.

**

Acaricié en la distancia tus sosegados sueños,

se evaporaró el rencor, la duda, el miedo...

y el eco de tu nombre se anidó hondo en mi pecho,

cual dócil párbulo reencontrando su lecho.

Y así, despacio... en una nube intangible de ilusión,

paseamos por un cielo despejado de tormentos.

**

Tu nombre...

ese mismo que tantas veces pronuncié en secreto,

como ayer, como siempre, ignorando el paso del tiempo,

el que incansablemente, diseñó imborrables sonrisas en mi piel,

y aspiró de mi boca a borbotón, la inocencia, la espera y el dolor.

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Marie-Ange Bonnevie

Cazilhac, le 13. 04. 2004